´Conocerte, entenderte y amarte.

No busques la razón de tus males fuera de ti.
Lo sepas o no, tú eres la causa principal de lo bueno o malo que te ocurre.
La base de todo pensamiento, trabajo creador o de realización humana es conocerse a sí mismo antes de proponerse otras metas.
No sólo que te conozca el siquiatra, el sicólogo o consejero: que te conozcas TÚ.
Si te conoces superficialmente, así también conocerás a tu familia y a los demás.
Los problemas y las soluciones que te plantees también serán superficiales y todo quedará sin resolver.

No tengas miedo a entrar dentro de ti.
No tengas miedo de conocerte.
En tu interior hay tesoros empolvados, hay riquezas inexploradas, hay bellezas en las sombras.
Bajo el polvo y las sombras hay más bien de lo que tú piensas.
Lo primero es conocerte entenderte, aceptarte, amarte.
Si no te aceptas tú ¿quien te amará?
Si no te aceptas a ti ¿a quién amarás?
Comienza a observar cuales son los motivos de tu alegría y de tu tristeza, ellos te enseñarán algo de ti.
Mira qué buscas en la vida, en tu trabajo, en tus proyectos, en tus aspiraciones.
Observa tus sentimientos, tus ambiciones, tus deseos, tus temores.
Ellos son expresión clara de ti mismo.
El camino es largo, pero te conducirá a una mansión bella y hermosa.
TÚ MISMO